III Foro Internacional de Espacios para la Cultura
Hábitos culturales asiste al III Foro Internacional de Espacios para la Cultura que se celebra en la Cidade da Cultura bajo el título La Revolución de los Festivales Artísticos y que centrará su atención en la capacidad transformadora de ciertos eventos sobre una ciudad y su comunidad.
Ponentes participantes: David Binder (Productor), María Sheila Cremaschi (Hay Festival, Segovia), Hortense Archambault (Festival D’Avignon), Jesús Cimarro (Festival Internacional de Teatro de Mérida), Francisco Martín (La Mar de Músicas) y Jonathan Mills (Edinburgh International Festival). Consulta el dossier en la zona de descargas.
Moderadores: Andrés Lacasa, gerente de la Orquesta Sinfónica de Galicia; Paulo Rodríguez, director del Teatro Rosalía de Castro da Coruña; María Solar Núñez, periodista de la CRTVG; Julio Gómez, director del Festival Sinsal Audio; y Manuel Guede, director del Centro Dramático Galego.
Los festivales modernos nacieron tras la Segunda Guerra Mundial; eran citas anuales creadas por los nuevos líderes modernos para ensalzar la cultura como la mayor expresión del espíritu humano. En 1947, nació el Festival de Edimburgo, al que siguieron Avignon y otros tantos más, cuyo trabajo se centraba principalmente en el «Arte» con mayúsculas. Con ellos, aparecieron estrellas como Laurie Anderson, Merce Cunningham o Robbert Lepage, vehículos indispensables para la gestación de una revolución.
Pero con el paso de los años, éstos se fueron estableciendo y, mientras el capital y la cultura se re-activaron, la aparición de Internet nos unió y las jerarquías desaparecieron, emergiendo bajo la estela de los primeros —que seguían prosperando—, otra forma de festivales: eran eventos abiertos que proponían que la imaginación y la creatividad no podían encerrarse en edificios, que el diálogo entre lo local y lo global era esencial, que necesitaban de la plena participación del público convirtiéndolo en el verdadero protagonista.
Durante unos pocos días al año, estos festivales pueden llegar a transformar grandes ciudades o pequeños núcleos urbanos en lugares invadidos por posibilidades infinitas de creación. Pero por encima de todo, su mensaje es claro: la ocupación artística de la ciudad y la recuperación de las calles para sus habitantes y visitantes. Igualmente, podríamos hablar de su enorme impacto económico, pero esencialmente, ayudan a una ciudad a expresarse y nos muestran un mapa no sólo de ella, sino de nosotros mismos.
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